"La televisión forma parte de la sociedad" - Ramón Colom
Para empezar a esbozar una opinión acerca de si España tiene la televisión que se merece hay que diferenciar entre los siguientes factores que condicionan la calidad de la programación televisiva, tanto como las decisiones de que ver en la televisión para los espectadores.
El primero de ellos es la pluralidad de contenidos y canales que existen en nuestro país. Afortunadamente, en la actualidad, no tenemos solo un par de canales, si no que la variedad de contenidos y canales ha crecido exponencialmente desde la televisión analógica y la llegada del TDT. Lo que significa dos cosas, con este aumento de la oferta surgen programas de menos calidad cultural, dedicados solo al entretenimiento rápido y escandaloso, esta es la denominada telebasura. Los programas de prensa rosa, reality shows, cotilleos, enfrentamientos de cualquier tipo, etc. han ensuciado la imagen del medio televisivo.
Programas como Tómbola, Gran Hermano y Aquí hay tomate son los precursores de la llamada telebasura en España.
Esta pluralidad genera la contraposición de contenido de calidad, que apuesta por la innovación y la cultura. Y también es evidencia de que tanto espectador, como programadores tienen la elección de que contenido poner y consumir.
Otro de los factores que hay que tener en cuenta es el valor de los criterios numéricos: audiencias y remuneración económica procedente de la publicidad.
Lo que queda claro de este tema es que todo cambia cuando las cifras aparecen. Los hacedores de televisión se ven influidos por la cantidad de personas que ven sus contenidos. Lo que es lógico si tenemos en cuenta que el precio de la publicidad, fuente principal de financiación para las cadenas privadas, se rige en esencia por las cantidades.
Es decir que en muchos de los casos prevalece la cantidad que la calidad. Es más barato hacer un programa del estilo de Sálvame, que apostar por una ficción o cualquier contenido con un valor añadido. Y si este programa tiene más audiencia que uno más caro, pues es lógico que se emita.
En lo que se basa en realidad si la televisión que tenemos es la que merecemos es en el poder del espectador para decidir que televisión quiere ver y ve. Hay que contar con que los creadores y programadores saben que poner para que no puedas apartar la mirada. Aún así, sabemos lo que vemos, somos capaces de reconocer, como espectadores, un programa de calidad y uno en el que esta facultad brilla por su ausencia.
La telebasura existe, pero, ¿realmente es mala o dañina para la programación? Creemos que no, que simplemente es una televisión dedicada al entretenimiento, sin ninguna misión informativa, ni cultural, ni de aportación. Y que cualquier espectador puede diferenciar entre convertirla en un hábito de su consumo o apartarla.
Hace más daño un mal informativo que un programa del corazón.
En estos últimos años la oferta y el consumo de televisión ha cambiado de una forma brutal. La llegada de las plataformas Streaming también ha afectado en el tema de la telebasura. No solo tenemos la televisión que nos merecemos, si no que tenemos mucho más. Tenemos acceso inmediato a cualquier tipo de contenido. Programas en directo a través de pequeñas pantallas, series prácticamente ilimitadas (de producción española e internacional), informativos que se salen del concepto de televisión clásica. Con todo esto, la relación entre espectador y comunicador da un giro absoluto. No solo podemos decidir si ver telebasura o programas de calidad, también podemos elegir entre ver la televisión clásica o dejarle un hueco a los nuevos medios.
(Si quieres saber más de como surgió la telebasura en nuestro país : Cliz aquí)