Por mucho que pase el tiempo siempre quedarán grabados en nuestra memoria los gritos de Pancho informándonos de que Chanquete había muerto. El 7 de febrero de 1982 murió el que sería para muchos el abuelo de gran parte de la población española. Como ya sabemos, España es diferente, y la televisión en los años 80 dan cuenta de ello.
Nuestros vecinos europeos observaron con estupor como el descuido de una joven italiana llamada Sabrina durante el especial de fin de año de 1987 se mantuvo en boca de los espectadores durante meses o la actuación de Miguel Bosé, que causó un gran impacto debido a un nuevo cambio de imagen apareciendo en el escenario con una falda larga.
Lo que está claro es que la televisión era necesaria, y cantantes como Krahe, Antonio Vega, Nachopop… Aprovecharon la oportunidad que les brindaba la pantalla realizando los coros de las actuaciones musicales o apareciendo como figurantes en los diferentes programas de televisión, permitiéndoles así estar cerca de su público y así promocionarse para que les compraran sus discos.
Durante esta década varias mujeres lucharon por combatir el machismo imperante en el mundo televisivo. “Las Vulpess” era un grupo de rock femenino con unas letras muy transgresoras. Fue un gran escándalo en una época donde no había casi revolución. Otro ejemplo de ello es Pilar Miró, quien llegó a convertirse en la primera mujer que ocupa el cargo de directora de RTVE cuando muy pocas mujeres lograban alcanzar cargos políticos.
Por aquel entonces, la puesta en escena de los programas era muy teatral, al estilo de Tim Burton y el Freak Show. Sin duda el programa de la época que reúne todas estas características es Viaje con nosotros (emitido en TVE y dirigido por Javier Urruchaga): un show televisivo al estilo cirquense y muy bizarro: enanos saltarines, la mujer barbuda, humor ácido… Un contenido muy diferente a lo que el espectador estaba acostumbrado.
Otro de los grandes hitos de la televisión española fue el golpe de Estado protagonizado por el general Antonio Tejero. La gente abucheaba, aplaudía, vitoreaba… Como si fuera un espectáculo. Durante todo el proceso del 23F hubo televisión.
La televisión hizo mucho porque la población española viviera unos con otros y no unos contra otros. Es un momento histórico en el que TVE se convierte en referente universal, entra en la historia; además se convierte en un agente de la propia historia. Se llegó a interrumpir la programación para conectar con Madrid.
Al día siguiente se produjo una manifestación a favor de la libertad. Casi 3 millones de personas se manifestaron en todo el país.
Tras la dictadura de Franco España necesitaba desahogarse, ya que la censura hasta entonces había sido férrea también en televisión. Surgieron programas como Un día es un día, el cual emitía siempre un streptease como broche para cerrar el programa. No obstante, previamente se avisaba al espectador de que podía herir su sensibilidad. Los rombos se usaron hasta 1985: se utilizaban para señalar que los contenidos que se iban a emitir podían afectar a la moral.
En cuanto a las teleseries: en España se emitían series españolas pero también series extranjeras: Falcon Crest, Cristal (telenovela)... Se trataba de un gran compendio de melodrama con glamour y cierta tosquedad en las cosas. Gran aporte cultural. El éxito iba más allá de la mera audiencia: la sanidad Española registró un aumento de las mujeres que fue a hacerse una exploración en el pecho debido a una telenovela. Estas telenovelas destacaban por la calidad, y esto se notaba en comparación con la producción española, que estaba hecha de forma más deprisa.
En cuanto a los presentadores de televisión, la década de los 80 cambió el estilo y la forma de presentar las noticias. Aberasturi fue el primero que presentó el telediario de pie. No fue estudiado, simplemente se apoyó por comodidad.
No importaba tanto el físico, sino presentar las noticias de forma que tú mismo pareciera que te las creías. Los presentadores no tenían punto fijo de mirada, intentaban transmitir la información de manera “familiar”. Los espectadores veían los telediarios con “aventura”, no caían nunca en rutina. Los corresponsales de guerra hacían En portada, lo cual era muy impactante porque el mundo geopolítico se transmitía por televisión.
En conclusión, la televisión de los 80 podría definirse como un gran sumario que recogía aspectos diversos como es el color, el ingenio y la juventud; lo que llegó a provocar un cambio cultural y social generado desde la TV.
Rebeca de la Peña Ramos